Para ir cogiendo de nuevo el ritmo, que últimamente lo tengo a ralentí, esta semana me quiero unir una vez más a la iniciativa de Papás blogueros  de #ElTemaDeLaSemana para que todos nos conozcamos un poco más, y os voy a contar cuál es en mi caso la película/libro (y lo digo en ese orden) que me ha marcado.

No hay duda, LA PRINCESA PROMETIDA es mi número uno… Lo sé, muchos pensaréis: menuda moñadaaa!. Nunca he sido una niña de princesas (y príncipes) convencionales y esta película me dió la razón:  los amores románticos y perfectos no existen, o por lo menos, no durante mucho tiempo, porque la vida no es perfecta y los hombres (igual que las mujeres) tampoco, y probablemente si te pasas media vida buscando la perfeccción, te quedarás en ese «buscando».  El amor está también en lo cotidiano, lo soez o lo grotesco, más bien, se demuestra y se siente verdaderamente en todo eso… para mí, el amor es levantarte y mirar al lado y ver a un hombre despeinado y con la boca media abierta, y pienses ¡¡¡qué mono!!! o al contrario, que llegue a casa, te vea con un moño desaliñado y una camiseta con manchas y te diga: «¡Qué guapa estás!». Vaya, me estoy poniendo tierna… siempre me pasa cuando hablo de La Princesa Prometida.. Jeje..  Bueno aquí os dejo un fragmento de esas maravilla ochentera del cine..