Cuando no se llega a todo

Pues sí, hoy estoy en uno de esos días en los que más que no llegar a todo, no he llegado a nada…  Hoy me tocaba trabajar en turno de mañana, y ayer me intenté planificar para comer en el trabajo,  ir al gimnasio, recoge a los enanos y empezar la ronda de reparto en las clases extra escolares.

Así que a las 7 de la mañana ahí estaba yo friendo la pechuga de pollo para llevarme la comida, preparo la bolsa del gimnasio y al atasco. Pero la mañana empieza a torcerse y son las 2 y no tengo tiempo ni de calentarme la comida, así que dan las 3… ya no llego al gimnasio, y decido aprovechar  y comprar un regalo para un cumple que mañana tiene Zipi… y me dan las 4 así que engulló la comida, hago las meriendas y corro a buscar a los enanos. Después de recogerlos, corriendo otra vez al polideportivo para que Zipi llegue a atletismo y cuando ya le dejo en clase, corriendo otra vez a dejar a  Zape en natación… Y mientras, no hago más que decirles a mis pobres enanos: «Venga, vamos, que no llegamos, no os entretengáis» sin darme cuenta que los pobres acaban de salir del cole y lo único que quieren es charlar conmigo y corretear de camino al coche.

De vuelta a casa, deberes, cenas, lavadoras… Y más reprimendas a mis mochuelos, porque cada dos por tres venían detrás mía para pedirme o enseñarme algo…  Y mi dolor de cabeza in crecendo…  Y encima el sentimiento de culpabilidad, por no ser capaz de llegar a todo lo que yo misma me impuesto.  Y el costillo llega y estoy tan desbordada que al final también se lleva una fresca… Y más culpabilidad…

Y me apetecía contároslo, sobre todo, a todas las que me decís: ¿cómo tienes tiempo de todo?, pues mirad, no lo tengo, o más bien, no siempre lo tengo… Hay días que se complican, que estoy de bajón y los niños me superan y no se ponerme a su altura, pero de eso tambien  se aprende. Se aprende, sobre todo, a respirar y contar hasta diez la próxima vez que me acelere y que ante una llamada insistente del peque suelte un: «Queeeeeeeeeeeé??». Porque estos días los tenemos todos… Sin excepción! Pero quiero dejaros claro que no por eso, perdemos ni un poquito de nuestro superpoderes de papis o mamis, así que para arriba! mañana será otro día y espero  que mejor.

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