Mi madre es una mujer con una vena artística muy desarrollada y un verdadero don para las manualidades en general. Gracias a ella, y a mis dos abuelas, he crecido viéndolas pintando al óleo, restaurando muebles y sobre todo, cosiendo o haciendo punto. Por esto, siento especial admiración por lo artesanal (ahora DIY, que parece más moderno) porque sé el trabajo que hay detrás y porque creo que tiene una gran implicación sentimental para la persona que lo hace; no hay ropa de mis hijos que guarde con más cariño que lo que mi madre y mi abuela me han hecho para ellos, y creo que ese es el principal motivo por el que desde hace tiempo me he visto cautivada por lo DIY: quiero poder entregar a mis nietos ese cariño cuando llegue el momento (lo he intentado con mis peques, pero digamos que estoy en prácticas 😅).
Como os he dicho, en estos lares estoy en período de prueba pero intento aprender de las matriarcas de mi familia, de tutoríales de internet (hay un millón o dos de cualquier cosa que queramos hacer) y en este caso de mi amiga (mi hermana) EvaBon que tiene unas manos mágicas para lo DIY y en especial para la costura, así que la he liado para colaborar en el blog y traeros una entrada chachi para hacer unas esparteras para este verano. Ella lo hace muy fácil y me ha jurado y perjurado que lo es, pero os confieso que todavía no las he probado así que queda pendiente que os enseñe el resultado de hacerlas cuando por manos tienes muñones en vez de dedos 😁. Y ahora vamos al lío…